-¿A qué te dedicas Viejo?
-Compro golosinas que luego vendo en el tren, así he logrado formar una familia, con auto familiar.
-No te creo. ¿Qué es lo que haces viejo?
-Tienes razón, no hago eso. Robo flores de los jardines alegres, para sacarles el perfume. Luego perfumo a los olorosos, quienes me brindan su dinero. De esta manera, he logrado construir una casa de tres pisos.
-Vamos, estás mintiendo, dime que te da de comer, pues que esto no es.
-Estás acertado. Lo único que hago de mi vida es arrebatar árboles ajenos para sacarles las raíces, y dárselas a los excéntricos comensales que pagan muy bien. Sólo así logré viajar tantas veces.
-Sabes muy bien que no te creo. Ya estoy bastante enojado viejo, dime de una buena vez que te alimenta.
-¿Enserio quieres saberlo?
-SI
-Capturo jóvenes, y les quito el vientre, el corazón, o lo necesite algún viejo ajado. Tomo su carne y la envuelvo en papel de regalo. Luego la llevo a quien me la compre. Sólo así he logrado pagar tus servicios cocinero.
-Pues te creo –dijo llorando- ¿Tú has vendido a mi hija?
-No, fuiste tu quien la cocino en aquel sabroso estofado con el que nos deleitamos, tomando ese vino mendocino que trajo tu hermano el pasado martes.
jueves, 20 de noviembre de 2008
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