miércoles, 12 de diciembre de 2007

EL SECRETO DE LOS TIEMPOS AJADOS

Sí. Conozco el secreto. La mujer me reveló las palabras prohibidas, y lo hizo justo antes de que ese extraño estruendo destruyera mis tímpanos, de donde caía sangraza seca. Fue antes de que de las tripas de la tierra escaparon millones de ratas, inmundas, carniceras, que devoraron mi lengua. Fue justo antes de que aquel monstruoso e incontenible viento, se desate mágicamente, y me arrebatara el entendimiento. Fue justo antes de que las aguas crecieran, oscuras y resentidas, llegando hasta mi cuello y más alto también. Fue justo antes de que la vida se me fuera por las venas.

Entonces, comprendí que aquel secreto, aquellas palabras escondidas, eran conocimiento de muertos. Y sólo por eso, lograban mantenerse ocultas.

¿Tú, mortal, quieres conocer el secreto?

lunes, 19 de noviembre de 2007

SOLILOQUIO DEL POBRECITO

Porque mates a las langostas de mi vida
No te ganarás mi amor.

Porque destruyas el hambre de mi estomago,
No me alimentarás como una madre.

Porque dejes en mi mochila tus monedas y tu superioridad
No serás mi amiga.

Porque disfraces mi infierno con tus juguetes
No jugaré con vos.

Solo podré quererte
Si me abrazas sinceramente
Sin que sea un pobrecito.

jueves, 1 de noviembre de 2007

SECUENCIA

Una puerta. Una escalera. El umbral de una habitación. Una cama deshecha. Una mujer y un hombre. Una mujer y un hombre sin ropa. Un dedo de mujer desnudo sobre un pecho masculino. Una alianza tirada. Una escalera. Una cocina. Un puñal. La escalera. La mujer asustada. El puñal en su garganta. El hombre espantado. Una persecución-cacería. El puñal en el pecho del hombre. Un balcón. Y el piso cada vez más cerca.

lunes, 22 de octubre de 2007

HUELLAS EN LA ARCILLA

Plasmaste huellas en mi arcilla metálica. Una arcilla que se encierra en mi cráneo y baja por mi medula, para impregnar todo mi cuerpo, para hacerme yo. Una arcilla metálica que es la carne de mi pecho, y es quien forma a mis sueños –incluyéndote ahí-. Cómo el grito de un chancho es gravado en los recuerdos y el cuchillo del chico que debuta con la muerte, quedaron las marcas de tus manos en mi metal, como la muerte de un chancho.

Tal vez te fuiste, tal vez no existas, tal vez si, pero el espectro de tu rostro nunca saldrá de mi pecho ni de mi nuca, nunca.

martes, 9 de octubre de 2007

Veo como se aleja,

camina lejos de mí.

Tiene vida.

Los cinco deditos le sirven como patas.

Y se va,

mientras queda en mi muñeca,

solamente un muñón.

martes, 2 de octubre de 2007

A continuación, compartir quiero con vosotros, un texto realmente significativo e interesante. Un texto corto, es este, y no tal complicado de Jorge Luis Borges. Una producción muy interesante, que describe "un tiempo que no podremos entender". Espero les apetezca


Juan López y John Ward


Les tocó en suerte una época extraña.
El planeta había sido parcelado en distintos países, cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de un pasado sin duda heroico, de derechos, de agravios, de una mitología peculiar, de próceres de bronce, de aniversarios, de demagogos y de símbolos. Esa división, cara a los cartógrafos, auspiciaba las guerras.
López había nacido en la ciudad junto al río inmóvil; Ward en las afueras de la ciudad por la que caminó Father Brown. Había estudiado castellano para leer el Quijote.
El otro profesaba el amor de Conrad, que le había sido revelado en un aula de la calle Viamonte.
Hubieran sido amigos, pero se vieron una sola vez cara a cara, en unas islas demasiado famosas, y cada uno de los dos fue Caín, y cada uno, Abel.
Los enterraron juntos. La nieve y la corrupción los conocen.
El hecho que refiero pasó en un tiempo que no podemos entender.

sábado, 8 de septiembre de 2007

Olvidaré un tiempo anterior. De hombres azulados hechos con un barro arcaico. Un tiempo donde los hombres eran bestias gigantes, azules, bestias. Un tiempo de furia, de violencia, de guerras. Un tiempo salvaje de sangre cristalina que fluye en lugar del agua. Olvidaré este tiempo anterior donde el hombre saciaba su sed de sangre, devorando la vida con sus manos. Olvidaré este tiempo pasado que no volverá.

lunes, 27 de agosto de 2007

Gracias al siguiente poema, me fue dado por APOA (Asociación de Poetas argentinos) el segundo premio en las VIII olimpiadas colegiales de poesía, categoria B.
La producción no tiene título, por eso quiero que cada uno le ponga el que le parezca más apropiado. Si desean pueden comentarlo. Sin más preámbulo, he aquí el texto.


Mis hediondas entrañas sobre la mesada
y el crujir de mi vientre
gritan tu nombre.
Con hilachas de carne
me cosés la boca.

La sangre macerada
se mezcla con el alcohol.
La tomás comenzando nuestra liturgia.

Cada día me matás un poco más
para revivirme con tu sarcasmo.

De un mazazo
rompés los rótulos de mi corazón,
haciéndome olvidar mis antepasados.
Te veo, inagotable,
engendrar vida.

El resplandor de tus ojos
ilumina mi indigno ser.
Con el bisturí
me arrancás la miseria.

Soy un zángano
frente a tu belleza.
Un arcaico espectro humano
que busca mezclarse con la alquimia de tu rostro.

El epigrama ancestral dice que no te merezco
Y es por eso que dejaré
que mates mi materia
que calles mi conciencia
y que destruyas mi espíritu
con tal de amarte.

jueves, 2 de agosto de 2007

Sin título aún

Visto y considerando que con mi amiga Maira pasamos a la final de las Olimpiadas colegiales de poesía de APOA, y teniendo en cuenta que tenemos que escribir ese día un poema, con palabras que ellos nos den, decidimos hacer un pequeño ejericio de práctica, para la escritura. Salieron dos producciones muy interesantes, y quiero compartir con ustred, la mía (me encantaría que pudiera leer el otro texto, pero como no me pertenece, no lo publicaré sin el debido consentmiento)

A veces pienso
en lo oscuro de nuestras vidas.
En lo infeliz que me hacés
En lo absurdo que somos.

A veces pienso,
A veces siento.
Siento que sería feliz matando.
Que si me ensalzara en tu sangre,
todo lo malo cesaría.

¿Para qué seguir con esto?
¿Para qué nuestras dos hipocresías?
¿Para qué los besos,
las caricias, el amor?
¿Para qué la fidelidad,
para qué, para qué?

¿Para qué seguir engañándonos?
Engañándome.
A veces siento que me hacés feliz,
no te voy a mentir.
Pero después
siento una tremenda punzada en mi pecho,
que solo vos causaste.

Hoy, cuando la noche caiga,
voy a acercarme a la cama.
Te voy a mirar dormir,
y voy a imaginar
como mis manos
quiebran tu cuello.
Como disminuye tu pulso.
Imaginar.
Con cada suspiro te acercás más a la muerte.
Vas a abrir los ojos.
Y me vas a ver borracho de felicidad
matándote.
Y, finalmente,
el dolor terminará para ambos.

Imagino todo eso,
Y cundo toque tu blanco, y frágil cuello.
Te voy a mirar.
Me voy a acostar a tu lado,
Te voy a besar,
Y me dormiré pensando que aún hay esperanza.

lunes, 30 de julio de 2007

Antes que nada

Pongamos en claro una cosa.
No siento placer al escribir. Es más, siento dolor. Solo es una necesidad. Matar no es reconfortante, pero debemos hacerlo para poder comer. Lo que a mi me interesa no es escribir en si, sino otra cosa. No sé como definir esa otra cosa, pero se que el camino es la literatura.
Tampoco pretendo escribir genialidades, tal vez un poco picarle el bichito del interés a alguien.
Creé este espacio, simplemente, porque me da lástima ver a mis criaturas en la soledad de las carpetas donde las guardo, y me gustaría darles vida al menos por un momento, el momento en que usted lee ( o tal vez lo haga para combatir mi desvelo)
También voy a aprovechar este espacio para repasar algunos textos de otros autores. Textos que quizás usted conozca (o tal vez no) pero que es grato recordar.
Pues entonces, espero no aburrirlo.