viernes, 9 de abril de 2010

PRISIÓN DE ALMIZCLE

Injurio las carcajadas de tus chamameceros,
ellas intentan darme a probar su vino.
Sé que sabe a vos, almizcle.
No podré echarme a bailar
Mientras los fantasmas de éste escritor
cercenen la comisura de sus labios.

Fantasmas de éste escritor
y de la sociedad toda.

y de la historia entera.

y del chico que cruje su vientre para pedir una moneda

y del explotado que muerde sus muñecas para saborear su sangre

y de los que diseccionan al gigante social, reventando su catinga,
y llenan de podredumbre y de miseria los barrios que quisieron mejorar.

Y del rico que cae en la trampa del almizcle

y de La Iacona, que sabe que él también cayó en esa trampa,
pero que disfruta las arcadas que le produce el dulzor del veneno.

¡Almizcle alguien te transformará en miel!
No habrá más cadenas, pobreza, oprimidos ni los otros clichés que militan.
Brotarán de las heridas de la historia libertad, trabajo y sus frutos en juego,
ya no más sangre.

Almizcle, ahora estás tranquilo, porque hasta que llegue el Mesías que trague la catinga
[olorosa y te erradique del destino de la familia Humanidad,
sólo están los comediantes –y algunos escritores- que injurian a tus fantasmas.

Yo te voy a advertir, antes de ir a tocarle el culo a uno de tus músicos,
que si bien nosotros no podemos hacer nada más que reírnos –llorando-
en este juego, vos tenés las de perder.