miércoles, 2 de marzo de 2011

MANIFIESTO 21.49

Queridos míos
Les pedí a los que vienen
Que no nos recuerden por nuestras
Palabras de vino, papel y ruido.
Sino que nos olviden,
Por los mundos que cambiamos,
por las mudezas que gritamos y por los ciegos que alimentamos.
Hermanos míos,
Que no sepan quienes fuimos, ni que mano
Descosió sus bolsillos.
Deseo un deseo. Que espero poder compartir:
Ser el más débil, la naturaleza del barro.
Porque sé que de la mano del pobre nace la revolución
-la verdadera-
Y no de los cuellos almidonados del rico.
Ser el pequeño y entender
al teatro que usamos para burlarnos de nosotros, los burgos.
La popular, que necesitamos para sentir con los postergados,
como ellos, siendo ellos.
Y la poesía, para cambiar nuestras propias ideas de granero y de living amplio.
Y finalmente los libros,
Los escritores acartonados, o de escribir con carbón,
Para discutir lo que ya sabemos
Y para tener más temas de buen vecino, más que bueyes perdidos.

Saboreamos colegas esta idea;
No somos naidies en nosotros mismos.
Sólo somos el pueblo en que nos hermanamos.
Pero como son muchos, elegiremos un lazo de fraternidad.
Y según cual, que pueblo será.
Les garantizo una cosa,
Si nos hermana la pobreza, el futuro
Es nuestro.